Diagnóstico precipitado
La empleada del hogar, llorando, coge su maleta y se va a despedir de su patrona...
- ¿A dónde vas? - preguntó la señora.
- Me voy a mi pueblo, a morir cerca de los míos.
- Pero, ¿qué te pasa? , ¿por qué dices eso?
- Señora, usted misma dice que su marido es un gran médico y nunca se equivoca en sus diagnósticos...
- Y es verdad, él nunca se ha equivocado en un diagnóstico... Pero, ¿qué tiene que ver eso contigo?
- Pues es que esta mañana, cuando le estaba poniendo el desayuno, el señor me apretó el culo y me dijo: ¡De esta noche no pasas!