A paso ligero
El sargento llevaba a la tropa a una marcha forzadísima de kilómetros y kilómetros.
- ¡ Uno dos, uno dos, uno dos!
Desde el fondo de la fila un andaluz repetía:
- ¡¡¡Eso es, eso es, eso es!!!
- Pero ¿qué te pasa, andaluz loco? Estamos hechos polvo y tú encima lo animas.
- ¡No, no! Si lo que digo es que eso es, eso es los que vamos a quedar a este paso: “uno o dos"